jueves, 15 de octubre de 2015

MISA COMPLETA EN NÁHUATL EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE



MISA COMPLETA EN NÁHUATL
EN LA BASÍLICA DE GUADALUPE

El pasado martes 13 de Octubre, la Basílica de Guadalupe fue escenario de un acontecimiento histórico: Por primera vez se celebró la Misa completa en lengua Náhuatl, que es la lengua indígena que más se habla en el país, empleando para ello un texto litúrgico para la Misa en Náhuatl, que será presentado «al episcopado mexicano, para solicitar su aprobación, y después daremos los pasos necesarios ante la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en Roma, aunque el Papa Francisco nos ha dicho en dos ocasiones que procedamos con más libertad en este asunto».


La concelebración Eucarística,  en la que estuvieron presentes, portando sus coloridos trajes de gala, decenas de indígenas de comunidades que hablan la lengua Náhuatl de Puebla, Veracruz, Jalisco, Estado de México y la Ciudad de México, fue presidida por Mons. Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla y Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica.

La homilía estuvo a cargo de Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de san Cristóbal de las Casas, Chiapas, quien resaltó «el detalle tan amoroso de nuestra Madre, que no sólo escoge a un náhuatl, Juan Diego, expresión de un pueblo pobre y oprimido, que se siente marginado, despreciado y sin esperanza, que no se valora ni se tiene confianza, que dice ser cola y escalera para que otros lo pisen y suban, que se considera que nada vale ante los grandes de la tierra. Nuestra Virgen de Guadalupe, con un amor evangélico por lo que el Papa Francisco llama las periferias, los descartados, los desechos de la humanidad, le habla a Juan Diego en su propio idioma, el náhuatl.

Ese no era el idioma que ella sabía y usaba en Nazaret, el arameo, sino el de su interlocutor. No le impone su propio idioma, sino que asume el de Juan Diego. Tampoco le habla en el idioma de los conquistadores. ¡Qué gran detalle de esta querida Madre! Le da toda la importancia y el valor tanto al mismo idioma, como a todas las expresiones culturales de Juan Diego y de su tiempo. ¡Cómo no querer a esta nuestra Madre de Guadalupe, si ella nos ha querido tanto! ¡Cómo no sentirnos sus hijos y, por medio de ella, hijos del eterno Padre!».

Monseñor Arizmendi, quien también es responsable de la Dimensión de Cultura de la CEM, expresó que «lo que el pueblo náhuatl necesita: esperanza. Es lo que nuestros pueblos originarios necesitan: esperanza. Tienen historia, tienen cultura, tienen presente y tienen futuro. No están condenados a desaparecer. No tienen por qué avergonzarse de su riqueza cultural. Animémoslos a valorar lo que Dios y la Virgen quieren para ellos. No son desechos en nuestro país. No son descartables. No son signo de atraso. Son esperanza. Tienen mucho que aportar a la sociedad. Dios, la Virgen y la Iglesia los necesitamos. México no es México sin ellos. Ellos somos nosotros. 

Perdónenos por el olvido al que los hemos condenado. Perdónenos por no darles el lugar que Dios y la Virgen les han dado. Perdónenos por no valorarlos como lo hizo nuestra Madre de Guadalupe».




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