DOMINGO II DE
ADVIENTO
6 de Diciembre de
2015
Jubileo de la
Misericordia
Con bases bíblicas, a
lo largo de la historia, la Iglesia ha celebrado distintos jubileos. El Papa
nos convoca a vivir un año de la misericordia. La invitación la ha hecho el
Sumo Pontífice con la Bula Misericordiae
vultus, el Rostro de la Misericordia.
Las distintas
diócesis del mundo se suman a esta iniciativa. También la nuestra de Campeche.
Uno de los objetivos trazados por el Papa para alcanzar en este año es que el
Jubileo sea vivido como un momento extraordinario de gracia y renovación
espiritual.
La palabra
“misericordia” se forma, a su vez, con dos raíces latinas; a saber: misere
(necesidad, miseria) y cor (corazón). Podemos así, desde la etimología, definir
misericordia como aquella capacidad humana de tener un corazón solidario con
aquéllos que tienen necesidad o padecen miseria.
Por eso, entre los
sinónimos de misericordia que podemos aducir están: amor, ternura, piedad,
compasión, clemencia, bondad, gracia y don de Dios. El ser humano está llamado
a mostrarse misericordioso hacia el prójimo, a imitación de Dios, “Señor de
misericordia” (Sap 9,1) y del Padre de Jesucristo, Padre de las misericordias
(2Cor 1,3).
Caminar hacia la Puerta Santa
Aquí en la Diócesis
se destinará la Catedral como punto de peregrinación durante este año, como nos
lo indica el Papa. Allí se abrirá la así llamada “Puerta de la Misericordia”,
la Puerta Santa. Eso acaecerá el lunes 8 de diciembre, en el marco de una ordenación
diaconal (Fernando Mex).
Como punto final de
peregrinación, se sugiere que para llegar a ella, se haga la experiencia de
‘peregrinación’, de caminar como pueblo peregrino hacia la casa del Señor.
Caminar es una
costumbre religiosa muy arraigada en nuestro pueblo. Basta ver las grandes
manifestaciones de fe, peregrinaciones, en torno a los Santuarios de nuestro
país y a ciertos lugares de culto muy posicionados en la piedad popular.
Caminar implica
sacrificio. Ese sacrificio es un compromiso que expresa el deseo de alcanzar la
conversión para degustar, con mayor gozo y exultación de llegar a la meta:
Cristo, nuestro Señor.
La peregrinación
puede estar acompañada por la meditación de la Palabra de Dios y el canto de
los “salmos de la misericordia” (hay un libro, ya editado con este título).
La peregrinación
hacia la Casa de Dios conlleva la conversión, y por eso, un signo manifestó de
ese deseo de cambio, es acudir al Sacramento de la Confesión.
La reconciliación
sacramental es un medio muy valorado para sentir el amor misericordioso del
Padre, que nos perdona nuestros múltiples pecados, a condición que nos
arrepintamos de ellos y de que acudamos a Él con un corazón humilde y
arrepentido.
En este Año de la
Misericordia los sacerdotes estarán disponibles para prestar el servicio de la
Confesión, sacramento de la Misericordia. Ya se han fraguado interesantes
iniciativas por algunos grupos de sacerdotes, por ejemplo, la de estar
disponibles para confesar, en un lugar predeterminado, 24 horas de corrido.
¿Cómo vivir el Año de
la Misericordia? Hay muchas maneras y modos. Queremos, en este espacio
dominical, con cierta regularidad, responder a esa interrogante. Es claro que
la clásica agrupación de las 7 Obras de Misericordia corporales y espirituales
siguen siendo un faro que ilumina la manera de vivir este año jubilar, pero hay
más opciones.
A través de este
medio, vamos a ir reflexionando, D.M., sobre algunos aspectos de la ternura y
de la misericordia de Dios, así como las gracias que la liturgia de la Iglesia
nos recomienda para alcanzar misericordia.
Auguramos un fructuoso Año. Que la recomendación que nos hace san Pablo la tengamos bien fija en nuestra experiencia de año jubilar: “el que practica misericordia, que lo haga con alegría” (Rom 12,8).
Auguramos un fructuoso Año. Que la recomendación que nos hace san Pablo la tengamos bien fija en nuestra experiencia de año jubilar: “el que practica misericordia, que lo haga con alegría” (Rom 12,8).
¡Alabemos al Señor,
porque es eterna su misericordia!
Mons. José
Francisco González González
XIV Obispo
de Campeche

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