ÁFRICA: SOLUCIONES
HIPÓCRITAS
Artículo escrito
por el Pbro. Luis Fernando
Valdés, Doctor en Teología.
La continua crisis
humanitaria en África (hambruna, guerras, epidemias…) está atrapada entre las
ayudas solo paliativas y el silencio de sus verdaderas causas. Es una especie
de hipocresía que le impide salir adelante. ¿Cómo superar esta tragedia?
1.- Necesidad de una voz autorizada. Quizá la peor
calamidad, que le puede suceder a un país con grandes problemas sociales, es
que su tragedia no sea conocida en el resto del mundo. La cultura contemporánea
está acostumbrada a reaccionar, sólo cuando un problema es noticia.
Por eso, era muy importante
que el Papa visitara ese Continente y que manifestara con claridad ante la
opinión pública mundial los terribles conflictos que hunden a tantos países de
esa zona ya que “gran parte de lo que ha dicho el Papa Francisco se refiere a
todo el África” (Mons. Napier, cardenal de Durban, Sudáfrica:News.va).
2.- Un Continente explotado. En la conferencia
de prensa, durante el vuelo de regreso a Roma, Francisco denunció
que “África es mártir de la explotación” y que “ha sido víctima de otras
potencias”. Se trata de palabras muy fuertes, que desafían la geopolítica
europea de los siglos XIX a XXI.
Afirmó el Papa con
fuerza que hay países desarrollados que “solo buscan adueñarse de las grandes
riquezas de África”, pero que “no piensan en ayudar a que crezcan los países, a
que todos puedan trabajar”.
También el Santo
Padre expuso que el actual sistema económico tiene como centro al “dios
dinero”, y que en muchoS lugares “hemos caído en la idolatría del dinero”. Como
contraste, habló de su dolor al visitar un hospital en Bangui (África Central),
donde muchos niños enfermos morirían irremediablemente por malaria o de hambre.
Por eso, advirtió, “si la humanidad no cambia, continuarán las miserias, las
tragedias, las guerras, los niños que mueren de hambre, la injusticia.”
3.- El SIDA y el preservativo. Francisco suele
ser muy claro para ir a la raíz de los problemas, sin dejarse impresionar por
las posibles soluciones, cuando éstas son periféricas. Un periodista alemán le
preguntó por la posibilidad de que la Iglesia autorizara el uso del
preservativo para combatir el SIDA en África.
Francisco fue a la
raíz del asunto, y contestó que, aunque esa solución causa perplejidad a la
moral católica, “esto no es el problema”, ya que el problema es más grande. “La
desnutrición, la explotación, el trabajo esclavo, la falta de agua potable:
estos son los problemas”.
Y explicó su modo de
sentir: “no me gusta ir a reflexiones tan casuísticas cuando la gente muere por
falta de agua o por hambre”. En esa línea comparó el uso del preservativo como
“usar una tirita” [una ‘curita’] para intentar sanar una gran herida.
4.- El negocio de la guerra. Francisco fue
también muy claro para denunciar las raíces de los conflictos bélicos. Explicó
que “las guerras vienen por ambición”, que “son una industria” utilizada por
algunas naciones para salir sus crisis financieras.
Después el Papa hizo
un fuerte cuestionamiento: “La guerra es un negocio: un negocio de armas. Los
terroristas, ¿fabrican ellos las armas? … ¿Quién les da las armas para hacer la
guerra? Hay allí toda una red de intereses... donde está el dinero o el poder”.
Y sentenció: “las guerras son un pecado, destruyen a la humanidad, son causa de
explotación, de tráfico de personas, de muchas cosas. Se deben parar.”
El Papa argentino se
ha convertido en la nueva “voz de los que no tienen voz”. Y en África nos dio
una gran lección: denunciar las verdaderas causas de los problemas sociales,
como la ambición económica.

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