miércoles, 16 de septiembre de 2015

EUCARISTÍA, OFRENDA DE AMOR. ALEGRÍA Y VIDA PARA LA FAMILIA Y EL MUNDO


EUCARISTÍA, OFRENDA DE AMOR.
ALEGRÍA Y VIDA PARA LA FAMILIA Y EL MUNDO

Artículo escrito por el Pbro. Fabricio Calderón, Párroco de la Comunidad de Ntra. Sra. de Guadalupe, en san Francisco de Campeche, Cam.

Estimado amigo, cuando tengas en tus manos esta edición dominical del Novedades de Campeche estará por finalizar el VI Congreso Eucarístico Nacional Monterrey 2015, con el tema «Eucaristía, ofrenda de amor, alegría y vida de la familia y el mundo».

Este VI Congreso dio inicio el pasado miércoles 9 de Septiembre con el Simposio Teológico en el cual participamos casi tres mil personas, entre Obispos, Sacerdotes, vida consagrada y Laicos. Por la Diócesis de Campeche participamos tres sacerdotes, el Padre Wilbert Palomo Carrillo, Rector del Seminario de Campeche, el Padre Antonino de la Cruz, Párroco de la comunidad del Santo Ni; o de Atocha en Ciudad del Carmen, y quien escribe esta colaboración, párroco del Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe.

La misa de apertura del Simposio estuvo presidida por quien fuera el Maestro de Ceremonias del Papa san Juan Pablo II, Mons. Piero Marini, quien actualmente es Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos, quien su homilía recordó que «la enfermedad no sólo es algo físico, sino algo más profundo […] Estar enfermo significa estar en crisis con nosotros mismos, a tal punto de no poder comprender exactamente quienes somos, ni poder comprender nuestras relaciones con los demás, ni con el mundo que nos rodea. La enfermedad pone en juego el sentido de la vida de una persona

Había allí [en el Evangelio] un hombre que llevaba 38 años enfermo. El Evangelio no habla de un hombre enfermo, sino más bien de un hombre que llevaba 38 años viviendo con su enfermedad […] Hacia muchos años que vivía con su enfermedad. […] Hace tanto que vivimos con nuestros defectos, que es difícil cambiar. Hoy frente a nuestra enfermedad, Jesús, como una vez en Jerusalén, toma la iniciativa y nos dice “levántate y anda”».

«Con la ayuda de Jesús también nosotros podemos levantarnos y retomar el camino del testimonio. La Eucaristía nos es el sacramento de los justos, sino la ayuda para los pecadores».

Después de que Mons. Rogelio Cabrera López hizo la Declaración de Apertura del Simposio Teológico, dio inicio la Primera Conferencia Magistral, la cual estuvo a cargo de Mons. Alonso Garza Treviño, Obispo de Piedras Negras, que tuvo como título «La Eucaristía en una Iglesia de Puertas abiertas».

«La Iglesia – mencionó en su excelente ponencia – como una madre con su corazón abierto, acoge con entrañas de misericordia a todos, ofreciéndoles el Pan de Vida, que pueda sanar todas sus heridas».

«La Eucaristía es el lugar privilegiado del encuentro del discípulo con Jesucristo», por eso, «la persona que tiene a la Iglesia como su casa y su familia, vive la Eucaristía como su hábitat natural y su mesa común».

Después siguió Mons. Piero Marini con su Conferencia «Eucaristía y familia», enfatizando la necesidad de recuperar la importancia del domingo como “día del Señor” para asistir a la Misa en familia.

El jueves continuo el Simposio con Conferencia del Padre Rogelio Narváez Martínez sobre «La Eucaristía ofrenda de amor», subrayando que «la presencia Eucarística de Cristo nos recuerda también la otra presencia suya bajo las especies humanas […] Hay una presencia de Jesús en los hombres», por eso es que «la comunión del Cuerpo de Cristo invita a la comunión fraterna. No podemos comulgar la Eucaristía y no tragar a los hermanos».

Toco el turno al Dr. En teología, Alberto Anguiano García, quien de forma brillante expuso la Conferencia sobre «La Eucaristía vida y alegría». Recordando que la Eucaristía es el pan transformado que transforma a quien lo recibe y le ayuda, a su vez, a transformar la sociedad en que vive.

El Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de Ciudad de México, fue quien presidio la Misa de Clausura del Simposio, concelebrando varios Obispos con él. Así, todo quedaba lista para iniciar propiamente el CEN 2015.

El viernes 11 de Septiembre, desde temprana hora empezaron a llegar los participantes. Para ese día el número de asistentes supero los cuatro mil, llegados de todas partes del país. La alegría y el entusiasmo se dejaba sentir en todo Cintermex. En punto de las nueve de la mañana el Cardenal Francisco Javier Errazuriz Ossa, Delegado del Papa Francisco, de manera oficial y solemne dio la apertura del CEN 2015, dirigiéndonos unas emotivas palabras.

Todo quedo listo para la más que brillante conferencia sobre «La Eucaristía, nuevo maná. Origen y fundamento bíblico teológico», que a mi juicio fue la mejor del CEN 2015, impartida por el Doctor en Sagrada Escritura, Pbro. Hugo Alberto Chávez Jiménez. 

Durante estos días se tuvieron paneles sobre la «Misa con niños», «la dimensión social de la Eucaristía», «el cuidado pastoral de los enfermos», «la celebración en espera del sacerdote», «La Eucaristía y la Virgen María», y «el papel de la mujer en la transmisión de la fe y la Eucaristía».

El sábado se realizó una procesión por las calles del centro histórico de la ciudad de Monterrey, que culminó con un tiempo de Adoración al Santísimo Sacramento.

Hoy domingo, después de un alegre y entusiasta Festival Eucarístico, se llevó a cabo la Misa de Clausura del VI Congreso Eucarístico Nacional Monterrey 2015, presidida por el Cardenal Francisco Javier Errazuriz Ossa, Delegado del Papa Francisco, y concelebrada por un gran número de los Obispos de México, al término de la cual se anunció que el VII Congreso Eucarístico Nacional se realizara, Dios mediante, en la ciudad de Mérida, Yucatán, en el años 2019.

!En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado, el corazón amoroso de Jesús sacramentado!




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