¡CONSTRUYAMOS LA PAZ!
Mensaje de Mons. Salvador Rangel
Mendoza, OFM, Obispo de Chilpancingo-Chilapa, al cumplirse un año de
la tragedia de Iguala.
El próximo 26 de
septiembre se cumple un año de la tragedia en Iguala, que no pude dejar
indiferente a nadie. La conciencia de la grandeza y dignidad de toda persona
nos ha de llevar a amar, respetar, promover y defender la vida en
cualquiera de sus expresiones y momentos, y nunca tolerar o
fomentar la cultura de la muerte.
Nos duele el
sufrimiento, la rabia, la desesperación y la desconfianza de los familiares de
estos 43 jóvenes, y de las familias de los miles de desaparecidos en todo el
país. Ante esta dramática situación no bastan discursos; se requiere un cabal
esfuerzo de las autoridades responsables para esclarecer los hechos y llegar
junto con la sociedad, empezando por las familias de todos los desaparecidos, a
la verdad sin adjetivos.
El sufrimiento y la
pobreza de los padres, hermanos y parientes de los desaparecidos no debe ser
usado por personas y grupos sin escrúpulos que persiguen sus propios intereses,
entre los que no faltan los que sacan “raja política” posesionándose del
tema.
¿Cuál es la salida?
Para encontrarla debemos comenzar por examinarnos delante de Dios y ante
nuestra conciencia ciudadana, y preguntarnos qué ha originado estos lamentables
y reprobables acontecimientos. Así nos daremos cuenta que la causa de fondo es
el olvido de la dignidad y derechos de toda persona.
Con esta convicción,
me permito recomendar a todos dos cosas: oración y trabajo. Pidamos a Dios el
don de la paz y trabajemos por ella mediante actos concretos en favor del
diálogo, la verdad, la justicia, la reconciliación y el respeto a la vida,
dignidad y derechos de todos. Cada uno podemos y debemos poner nuestro
granito de arena.
El anarquismo, la
violencia y la intransigencia sólo provocan confusión, desorden, destrucción y
lo que es más triste, pérdida de vidas. La violencia no es el camino para la
justicia ¡Al contrario! Aumenta la injusticia y el dolor.
No demos cabida al
desorden y a la anarquía ¡Unámonos como sociedad! En el Estado de Guerrero
existe gente buena y positiva ¡Construyamos juntos la paz! Que Santa María de
Guadalupe interceda por nosotros para que tengamos la sabiduría y valentía de
asumir este compromiso.

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